La situación macro económica portuguesa y las principales reformas estructurales
La economía portuguesa reflejó un fuerte crecimiento a finales de la década de los 90, creciendo una media del 4%, es decir, medio punto porcentual por encima de la media del área del euro. La evolución de la situación económica, principalmente a partir de 1997, se vio fuertemente influenciada por la participación de Portugal en la moneda única. El nuevo marco macro-económico, caracterizado por la estabilidad de precios, posibilitó una reducción estructural de los intereses y una consecuente disminución de las restricciones de liquidez de las familias y de las empresas.
Sin embargo, durante ese periodo de expansión, los niveles de endeudamiento del sector privado aumentaron significativamente y la posición deficitaria fase al exterior se agravó, creando profundos desequilibrios macro-económicos. El proceso de ajuste de la economía, imprescindible para un crecimiento sostenido, se inició al final del 2000, registrando un fuerte descenso de la demanda interna desde entonces. Los efectos del proceso de ajuste de la economía conjugados con los efectos negativos de la reciente deterioración de la economía internacional, en la evolución de la demanda exterior y en las expectativas de los agentes, condujeron a la economía portuguesa a una fuerte desaceleración en 2002 y a una contracción en 2003.
Las previsiones de crecimiento de la economía portuguesa, recientemente divulgadas por el FMI, apuntan a un crecimiento del 0,8% del PIB en 2004 y el inicio de la recuperación a partir del final de este año. En 2005, según las previsiones de Primavera del FMI, Portugal volverá a convergir con Europa, creciendo un 2,7%, en cuanto a lo que a la zona del euro se refiere se queda en el 2,3%.
También el indicador apuntado por la OCDE para Portugal prevé, a principios del 2003, la recuperación de la economiza a partir de la segunda mitad de este año, tornándose más nítida en 2004, fuertemente dependiente de un mayor dinamismo de la demanda exterior. Así, el diferencial de crecimiento entre Portugal y la media de la UE deberá disminuir a partir de 2004.
En consonancia con el ciclo económico, el mercado de trabajo presentó desde el 2º trimestre de 2001, un empeoramiento sustancial de las tendencias negativas, alcanzando la tasa de desempleo los 6,3% en 2003. El FMI prevé «buenas noticias» para Portugal, estimando que esa tasa, después de crecer hasta el 7,1% en 2004, registre, el próximo año la primera reducción, apuntando a 7,1% en 2005. A su vez, los salarios nominales registraron un menor crecimiento y los de la función pública fueron congelados (aumento de 1,5% para los que ganan menos de 1000 euros al mes). Para garantizar la competitividad exterior portuguesa, las negociaciones salariales pasaron a tener como referencia la inflación esperada del área del euro (2%). En Portugal, la tasa de inflación se situó en el 3,1% en 2003, previéndose una bajada del 2,1% en 2004.
La deuda publica, después del descenso constante entre 1995 y 2000, volvió a aumentar un 55,6% del PIB en 2001 (53,3% en 2000), debido al aumento de las necesidades de financiamiento de las Administraciones Públicas. En 2002 alcanzó el 58% del PIB debiendo bajar hasta el 52,7% hasta 2006 de acuerdo con el PEC. De referir que en 2002 no se procedió a ninguna operación de privatización de interés y en 2003 quedó finalizada la privatización del Banco Comercial de las Azores. El déficit exterior alcanzó un valor máximo del 9% del PIB en 2000, repercutiendo el diferencial de crecimiento entre la producción y la demanda interna y las perdidas de cuota del mercado exterior. Con el comienzo del proceso de ajuste, se verificó una reducción del déficit comercial en 2001, que continuó en 2002, debido al debilitamiento de las importaciones y a las ganancias en términos de intercambio. Una demanda interna más moderada posibilitó la reducción del 5,6% del PIB en 2002, debiendo situarse en 2003 en el 2,75%.
La consolidación de las finanzas públicas es un objetivo de máxima prioridad de la política económica portuguesa cuya meta a largo plazo es alcanzar un desarrollo económico sustancial y la convergencia de la media del nivel de vida europea. De una tasa de crecimiento real media del PIB de 3,7%, entre 1995-2000, el crecimiento registró una desaceleración del 1,7% en 2001. El ratio del déficit global de las Administraciones Públicas frente al PIB aumentó del 2,8% en 2000 al 4,2% en 2001, por encima del valor de referencia del 3% del pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC).
Como consecuencia de esta situación, el proceso de consolidación se apoya en reformas estructurales que permitirán contener los gastos de forma gradual y sustentada. Así, en la Ley de Modificación del Presupuesto del Estado de 2002, fueron adoptadas diversas medidas para eliminar el déficit excesivo, de las cuales se destacan:
• aumento del impuesto sobre el valor añadido de 17 a 19%;
• cierre de 40 servicios e institutos públicos;
• reducción de los gastos de personal y reducción de efectivos a través de la congelación en la renovación de los contratos individuales y fijos;
• restricciones sobre el endeudamiento líquido de la administración local;
• extinción de las ayudas al crédito de habitación,
• congelamiento de los salarios de los funcionarios públicos arriba de 1000 euros y aumentos del 1,5 para las inferiores cantidades.
El gobierno estimó, en el Presupuesto del Estado de 2004, una disminución del déficit de 2,9% en 2003 a 2,8% para 2004, continuando con las principales reformas estructurales, que deberán contribuir para reducir el gasto público, disminuir los costes del ajuste y reforzar la confianza de los consumidores y de los inversores, creando así condiciones favorables para la recuperación de la economía.
Destacan por su importancia la reforma fiscal sobre el patrimonio, la reducción del impuesto sobre sociedades del 30% al 25% en 2004, y las reformas iniciadas, en 2002, esencialmente en tres sectores – clave. mercado de trabajo, Administraciones Públicas y sector sanidad.
La nueva Ley del Código del Trabajo, que entró en vigor en 2003, simplifica y sistematiza en un solo instrumento las normas aplicables a las relaciones individuales y colectivas de trabajo e introduce alteraciones al contrato de trabajo a plazo, en la adaptación de los horarios de trabajo entre el empleador y el trabajador y no solo en la reglamentación colectiva de trabajo, en el régimen nocturno, y en la creación de instrumentos tendentes a superar situaciones de bloqueo de la contratación colectiva.
La reforma de la administración pública comprende cinco proyectos de ley relativos a la Organización de la Administración Directa del Estado y a los Institutos Públicos – con el objetivo central de evitar la duplicación de funciones y de concentrar los recursos en las misiones principales del Estado – al Estatuto de los Dirigentes, al sistema Integrado de Evaluación del Desempleo y al Contrato Individual de Trabajo en la Administración Pública.
En el sector sanitario destaca la reforma del Servicio Nacional de Salud que apunta a nuevas reformas de financiamiento, mejora de la gestión y la regulación y separación progresiva de las funciones de financiamiento y de prestación de cuidados de salud. La empresarialización de un tercio de los hospitales públicos fue posible con la aprobación de la nueva ley de gestión de hospitales: se operó la transformación de 34 hospitales en 31 sociedades de capitales exclusivamente públicos. Se están implantando los acuerdos publico/privado que prevé el lanzamiento gradual de diez unidades hospitalarias que entraran progresivamente en funcionamiento a partir del final del 2007. También la red de cuidados primarios será objeto de alteración en cuanto a la forma de financiamiento. En la política del medicamento se resalta la introducción de los genéricos.
A la par de las medidas de corrección de los fuertes desequilibrios de las cuentas exteriores y de las cuentas públicas, el gobierno aprobó a finales del 2002, el Programa para la productividad y crecimiento de la Economía, que se compone de un conjunto de medidas dirigidas esencialmente a las empresas pero también a las entidades cuya vocación es apoyar las industrias y los servicios que apuesten con fuerza en las componentes más sofisticadas de la cadena de valor, como son las ligadas a la Innovación, a la Investigación y Desarrollo, a las Nuevas Tecnologías y a la Creación de Marcas Portuguesas.
El objetivo prioritario del Programa es aumentar la productividad, aumentar la competitividad empresarial, reforzar la competencia y la regulación y transformar a Portugal en un destino atrayente para la inversión, tanto nacional como extranjera.
Por su importancia se destacan las principales acciones: creación de la Autoridad de la Competencia, liberalización y promoción de la competencia en los combustibles (electricidad, gas y refinamiento del petróleo) concretización del mercado Ibérico de la Electricidad (MIBEL) y posteriormente del Mercado Ibérico del Gas, revisión del Código de Inversión, creación de la Agencia Portuguesa para la Inversión, aprobación de la reserva fiscal para la inversión, revisión del Programa Operacional de la Economía y creación del nuevo cuadro de Incentivos de privatizaciones institucionales con asociaciones empresariales de apoyo a acciones regulares de promoción comercial exterior en los mercados objeto de las acciones y de promoción del Turismo, aprobación del nuevo régimen de quiebras, aprobación del programa de nudos empresariales de soporte tecnológico (NEST) y del programa IDEIA.
Fuentes: Dirección General de Estudios y Previsión, Ministerio de Finanzas Diciembre 2003
Programa para la productividad y crecimiento de la Economía (PPCE)
Ministerio Economía
Previsiones del FMI para la economía portuguesa – abril 2004
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